– Eliminar la suciedad mediante cepillado o aspirado suave de la lona.
– Limpiar regularmente el toldo con un choro de agua a media presión.
– Utilizar una solución de agua (a una temperatura máxima de 30 º) y jabón neutro.
– No aplicar nunca fuentes de calor, ni agua caliente, o limpiadores de alta presión.
– No utilizar disolventes ni detergentes abrasivos.
– Aplicar el detergente sobre la lona y posteriormente aclarar con abundante agua.
– Dejar secar totalmente la lona al aire libre.